LAS GOTITAS SE HACEN MÁS Y MÁS GORDAS MIENTRAS CHOCAN CON EL MUNDO
“y sobre todo mirar con inocencia.
Como si no pasara nada, lo cual es cierto”
Alejandra Pizarnik
Como si no pasara nada, lo cual es cierto”
Alejandra Pizarnik
Y si la lluvia
es siempre una excusa para pensar
no somos quienes para desalentar
un lugar común.
Entonces, llueve y pienso y
le voy contando a mi gata que está encogida
sobre sí misma como un terrible bicho bolita.
Pucky, se llama mi gata.
Pucky, ella a la mañana se despierta agitada
abre los ojos y es como si volviera de hacer turismo
en un campo de concentración
y tuviera las imágenes tatuadas en todo el rostro
como polaroids sostenidas por imanes
insoportablemente pesados.
¿Entendés, Pucky? No está triste, y eso es lo raro
vuelve a la superficie del mundo con la sospecha
que erró la dirección en algún lado,
o quizá son esos sueños que se van acumulando
en su nuca, como una joroba pixelada e imposible.
No sé, Pucky, no sé. Y, para serte sincero,
creo que no tengo ningún interés en saberlo.
Eso nos diferencia, mi total falta de intriga
para algunas cuestiones
y su ferocidad por querer comprenderlo todo.
Nos diferencia eso,
eso y su gusto que no comparto por la cerveza negra.
¿Oís cómo llueve, como las gotas se vuelven
más y más gordas y chocan contra las persianas
y las ventanas y las plantitas en las macetas
en el patio de invierno de casa?
¿Lo oís, Pucky, no es como si algo
quisiera ponerse a destruir el mundo
pero del modo más suave posible? Como una forma perversa
de destrucción, como asesinar a un bebé con caricias.
Te decía, todas pero todas las mañanas
me termina arrastrando a ese terror que no es tal
porque ella no está triste, ni tiene miedo ni angustia
pero su cuerpo erguido como un relámpago de piedra
me termina arrastrando a lo que sea que cargue con ella:
la veo y es mirar un video-clip frenético con una secuencia
de fundidos en blancos. Y no quiero conocer el nombre de ese tema
no quiero saber nada, nada, nada.
¿Está mal eso, Pucky, vos que sos una gata
sospechosamente gorda y sospechosamente buena
decime por favor
si está mal que esta mañana me haya despertado antes
y me haya ido sin decirle nada,
si es incorrecto desde tu visión refinada de gata sobrealimentada
que sepa que no la voy a ver más, que voy a ignorarla
con la disciplina de un monje budista asustado?
Pucky: ¿está bien? ¿Está mal? ¿Está más o menos?
Quizá debí esperar que despertara,
en ese momento cuando aún es un pez
con la mitad del cuerpo afuera boqueando
y la otra mitad empantanada en la suavidad del agua
para decirle algo que hace rato me pincha las encías:
que lo que nos diferencia no es sólo la cerveza negra
que nos distancia sobre todo esa terquedad de querer
tener a mano la sinopsis, el resumen y el cuadro explicativo
del mundo todo el tiempo y sin demora.
Que las cosas para mí no tienen fondo porque
las cosas están felices en su tranquilidad de cosas.
Y le dejaría un deseo:
que no busque respuestas
que la única razón por la que busca respuestas
es porque intuye que la próxima va a lograr arreglar algo
pero hay algo que tiene que reconocer
que una vez que cancela las preguntas
las respuestas también se evaporan.
Pucky, voy a salir al patio de invierno
a dejar que el aguar me bañe desde la cabeza a los pies
hasta que mi piel se haga líquida y descienda
formando un charquito entre las baldosas agujereadas.
Cuando eso pase, Pucky, haceme un último favor:
salí al patio y bébeme de a poco con tu lengüita áspera
y no pensés en nada, en absolutamente nada
sólo sé una gata gorda bajo un torrencial tomando agua
de las baldosas, como quien bebe de una pila bautismal.
es siempre una excusa para pensar
no somos quienes para desalentar
un lugar común.
Entonces, llueve y pienso y
le voy contando a mi gata que está encogida
sobre sí misma como un terrible bicho bolita.
Pucky, se llama mi gata.
Pucky, ella a la mañana se despierta agitada
abre los ojos y es como si volviera de hacer turismo
en un campo de concentración
y tuviera las imágenes tatuadas en todo el rostro
como polaroids sostenidas por imanes
insoportablemente pesados.
¿Entendés, Pucky? No está triste, y eso es lo raro
vuelve a la superficie del mundo con la sospecha
que erró la dirección en algún lado,
o quizá son esos sueños que se van acumulando
en su nuca, como una joroba pixelada e imposible.
No sé, Pucky, no sé. Y, para serte sincero,
creo que no tengo ningún interés en saberlo.
Eso nos diferencia, mi total falta de intriga
para algunas cuestiones
y su ferocidad por querer comprenderlo todo.
Nos diferencia eso,
eso y su gusto que no comparto por la cerveza negra.
¿Oís cómo llueve, como las gotas se vuelven
más y más gordas y chocan contra las persianas
y las ventanas y las plantitas en las macetas
en el patio de invierno de casa?
¿Lo oís, Pucky, no es como si algo
quisiera ponerse a destruir el mundo
pero del modo más suave posible? Como una forma perversa
de destrucción, como asesinar a un bebé con caricias.
Te decía, todas pero todas las mañanas
me termina arrastrando a ese terror que no es tal
porque ella no está triste, ni tiene miedo ni angustia
pero su cuerpo erguido como un relámpago de piedra
me termina arrastrando a lo que sea que cargue con ella:
la veo y es mirar un video-clip frenético con una secuencia
de fundidos en blancos. Y no quiero conocer el nombre de ese tema
no quiero saber nada, nada, nada.
¿Está mal eso, Pucky, vos que sos una gata
sospechosamente gorda y sospechosamente buena
decime por favor
si está mal que esta mañana me haya despertado antes
y me haya ido sin decirle nada,
si es incorrecto desde tu visión refinada de gata sobrealimentada
que sepa que no la voy a ver más, que voy a ignorarla
con la disciplina de un monje budista asustado?
Pucky: ¿está bien? ¿Está mal? ¿Está más o menos?
Quizá debí esperar que despertara,
en ese momento cuando aún es un pez
con la mitad del cuerpo afuera boqueando
y la otra mitad empantanada en la suavidad del agua
para decirle algo que hace rato me pincha las encías:
que lo que nos diferencia no es sólo la cerveza negra
que nos distancia sobre todo esa terquedad de querer
tener a mano la sinopsis, el resumen y el cuadro explicativo
del mundo todo el tiempo y sin demora.
Que las cosas para mí no tienen fondo porque
las cosas están felices en su tranquilidad de cosas.
Y le dejaría un deseo:
que no busque respuestas
que la única razón por la que busca respuestas
es porque intuye que la próxima va a lograr arreglar algo
pero hay algo que tiene que reconocer
que una vez que cancela las preguntas
las respuestas también se evaporan.
Pucky, voy a salir al patio de invierno
a dejar que el aguar me bañe desde la cabeza a los pies
hasta que mi piel se haga líquida y descienda
formando un charquito entre las baldosas agujereadas.
Cuando eso pase, Pucky, haceme un último favor:
salí al patio y bébeme de a poco con tu lengüita áspera
y no pensés en nada, en absolutamente nada
sólo sé una gata gorda bajo un torrencial tomando agua
de las baldosas, como quien bebe de una pila bautismal.
19 comentarios:
Te felicito, es un lindo poema, una buena manera de expresarte.. Me gustaria ser tu primera seguidora.. Muy buen poema.
Volviste volvisteee!!
Este es el poema que más me gusta, te lo dije en su momento.
Creo que va a estar bueno, tenés más cosas para poner además de escritos (fotos, ideas locas "las manos de Perón", etc)
Muchos éxitos culoempuffado!
Besotes
ojala que te mueras pronto.
:)
Se te extrañaba en el ciberespacio.
María: Thanks. No sé qué significa ser "mi primera seguidora", pero sí, podés serlo.
Chica punk: No me gusta lo de culoempuffeado =( ja
A mi también me parece un buen poema.
Majo: :)
El impersonal es peligroso. Lo impersonal no extraña ¿nada del poema?
P.d: Para no ser ladrón confieso:
La primera foto, la de la hamaca, es de Fer Papa.
La de abajo del poema, de Luci Vocos
salgo yo ahi, robador!!!
me gusto me gusto
gran poema.
la imagen de la lengüita áspera va más allá de todo.
siempre quise que alguien la incluyera en un poema.
nota: este blog con el que firmo es un trabajo práctico de una materia insólita que curso en el profesorado: tecnología educativa.
sí, tecnología educativa.
no, no son las tecnologías del yo.
no.
es la web, internet, pero internet pedagógico.
sí, la muerte.
por eso el blog tiene ese tipo de comentarios.
aunque intente escapar a la ñoñez.
pobre pizarnik.
Sobre el poema, coincido con Sofi, es uno de los mejores. Igual me hace ruido esta frase:
"sólo sé una gata gorda bajo un torrencial tomando agua"
Y la mayúscula del último verso.
El impersonal es peligroso, me hago cago. YO te extrañé :)
Muy lindo poema rama, el ultimo verso tiene una carga visual importante, al menos para mi. Me gusto.
Que bueno que la foto te haya servido!
Fer
Sabía que no ibas a controlarte. Ibas a volver al blog. Era necesario. Estamos trazados con una navaja oxidada. Ibas a volver. En facebook se apaña la frivolidad pero no el arte. En un blog ambas conviven muy bien.
Bienvenido!
ahora sí (bue más o menos)
rock star!
qué bueno que volviste javi!
besos!
pd: me sumo a la colecta de sofi y zebra: bellísimo, bellísimo este poema!
Muy bueno el regreso, el poema y muy buenas las fotos!
beso muchacho
En orden de aparición:
1- Sí, ese punto alejándose en la foto de abajo sos vos. O no, quién sabe qué es uno cuando se aleja. Esa fuga me provocó felicidad.
2- Antes que nada, paz. La foto del ojo cerrado es tranquilidad sobre la superficie del mundo. Leti-paz. Y la próxima vez que quieras que "Alguien" ponga algo en un poema, hacé lo siguien: cerrá los párpados, pensá en una vaca blanca, muy muy blanca, y convertite en ese "Alguien".
3- Ahora sí. Nada de impersonalismos. La mayúscula fue un error; la frase que te hace ruido, no.
Descanso: soñé que dormía debajo de una arco de fútbol. Y que nadie, aún así tirado e inactivo, nadie podía hacer un gol.
4- Otra víctima de mis robos fotográficos. Soy incapaz de sacar fotos como la gente, así que me dedico a hurtar. Si pudiera les robaría los ojos. Pero no está bien visto.
5- Lulú sabe muchas cosas que nosotros desconocemos, hasta de nosotros mismo. Por eso para mí es igual a un gato. Cuando se está tranzando los rulos obsesivamente, ve cosas que nosostros no. Por ejemplo: que yo iba a volver.
6- Con vos hablé anoche. Sí, ser un rock star por otros medios.
7- Srita, todo regreso es bueno. Si con el regreso se trae algo nuevo. Thanks.
Sí, era algo así. Me despertaba y cinco jugadores miraban desconcertados el arco bajo el cual dormía. Todos quietos. Cuando me miré, estaba envuelto en la manta que mi abuela me tejió al nacer. Una pelota número 5 estaba suspendida sobre mi cabeza, se movió y entró.
Amor y hospitalidad ante cada pequeño acontecimiento.
asi que éste es el nuevo blog, ok agendado. saludos a Pucky.
rama on the road! que sea triunfal.. ya mismo agendado.-
que bueno que sigas escribiendo
saludos
Antes que nada gracias por volver.
Me gusta mucho este poema, por su letra y por el concepto, que es casi un manifiesto de vida (bastante zen por cierto).
"que nos distancia sobre todo esa terquedad de querer
tener a mano la sinopsis, el resumen y el cuadro explicativo
del mundo todo el tiempo y sin demora.
Que las cosas para mí no tienen fondo porque
las cosas están felices en su tranquilidad de cosas."
Yo ando trabado entre medio de estas dos posiciones por estos días. Me atrae el no buscar respuestas, pero no puedo dejar de hacer preguntas. Y resulta que hoy abundan cosas que no son simples cosas, que muchas cosas son antes ideas. Ideas muchas veces no muy felices hechas campos, autos, juguetes, votos y libros, y cuando estas cosas pasan a ser incuestionables, naturales, sesgadas de su idea madre, me resulta difícil dejar de cuestionarlas.
Pero qué lindo es que se evaporen las preguntas y las respuestas, vagar con sentido y sin objetivo es lo más parecido a lo que entiendo por libertad.
Un abrazo man, en serio un gusto leerte de nuevo.
17 c, con este 18c, ni cucurto!
acaso llegue tarde?
a alguien le importa?
siempre me pasa lo mismo, prefiero leer los comentarios y despues el poema, ¿tarde?
¿rama?
macana, lo lei.
bueno che
bueno.
che.
bueno + bueno
rebueno
pero no "re" de rebobinar
tampoco de "a re"
digo re/bueno
vamos?
Lindo che. Superó mi incapacidad de leer poesía en la pantalla de mi vieja pc
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