jueves, 2 de junio de 2011

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Te equivocás
si algo nos sobra es la fe
no sabemos muy bien a qué
ni en quién,
pero sí que te equivocás:
lo que tenemos es fe
nos falta la fuerza.

¿Que qué es la fuerza?
Lo contrario a la impaciencia.

Sucede que el despertador comienza a marcar
con ritmo monótono el umbral de un día
y entonces encontrás a tu espalda
un reparto de actores de algodón en tu cabeza
y frente a tu rostro un bloque de luz
como un Bienvenido de neón
y sucede entonces que cerrás los ojos
te lanzás buceando a rescatar de un arponazo
fragmentos de tus sueños
abrís los párpados y lanzás esos pedazos
al cartel del día que se extiende al frente tuyo:
mientras el pasado y el futuro se pelean
aprovechás para irte a hurtadillas
libre de todo y sin pertenecerte.
¿Qué es la fuerza?
Lo contrario de ceder a dormir o despertarse
encontrar el modo propio de huir.

No vivimos entre la vigilia y el sueño,
levantamos carpa en la vigilia
o en el sueño. Hay atardeceres de domingos
nublados en algún mes de Junio
cuando se corta la electricidad
y todo movimiento es presunción de movimiento
en que intuimos que podríamos vivir
de desalojo en desalojo sin reclamar
ningún hogar, y en ese frío montando la oscuridad
esas cosas que viven en la nuca nos sugieren
que lo nuestro sería conquistar la siempre
abierta posibilidad de una vez por todas
vivir entre la vigilia y el sueño:
hacer de la frontera nuestro espacio y nuestro tiempo
el deseo levantándose en remolinos de arena
y nosotros ahí cubiertos, no aguardando absolutamente nada
sino más viento, más arena y más remolinos.

¿Qué la fuerza?
Escuchar sin pretender interpretar
escuchar como haciendo esgrima con las frases
que ganen siempre no sin antes darle pelea
una pelea es lo contrario de la fuerza
en judo fuerza es aprender el arte marcial del parásito
conducir la energía del enemigo hacia la propia central
en judo todo derrotado realiza una transferencia amorosa
pierde por el don de su prepotencia regalada.
La fuerza es caer rendido en cualquier lado
que ese lado sea la tierra prometida,
porque un promesa es forzuda sólo cuando se cumple,
y solo cuando se cumple la promesa saca chapa de promesa
y hace gala: la fuerza es saber sacar provecho de las situaciones
El maestro Judoca nunca muere: enterrado, le crecen flores incesantes
en la superficie del pecho, aún cadáver sigue aprovechando
la energía del contrincante.


1 comentario:

Rocio Pavetti dijo...

Rama, nunca te lo dije, pero este poema me gusta un montón.