sábado, 14 de noviembre de 2009


...el día llegará donde recuperemos el aire exhalado...


En medio de una avenida
puedo mirar
que un Paraíso se incendia
sin furor ni extrañeza.
Hace calor,
eso dijo
mientras hundía sus brazos
en la ebullición del fuego.
Hace calor,
pero no quema.
Desde la esquina
donde estaba sentado
observaba cómo
consumía las llamas
acunándolas en su pecho
como una goma de borrar
barrenando los contornos de un volcán.
Era un hecho extraño
incrustado en una tarde banal
que a su vez se recostaba
sobre las espaldas
de mi experiencia cansada.
¿Hoy va a nevar?
Preguntó un viejo
a mi costado,
y supuse que si nevaba
una cantidad desmesurada
como dos camiones de Liquid Paper
todo podía ser bautizado
nuevamente
para que comience la carrera
de los paréntesis diarios
donde nos acurrucamos
rendidas las voluntades
a tomar aire.
Sí, hoy nieva,
contesté,
y desde arriba hacia abajo.

El Paraíso limpio de cenizas
cortaba el horizonte de la mirada
aún.

-Un paraíso plantado por un mortal-

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